Según San Pablo, para que el anticristo se manifieste públicamente, primero debe ser removido el “obstáculo” que retrasa su aparición en el mundo. Ese personaje es un Papa que gobernará la Iglesia a inicios de la Gran Tribulación, en el momento en que se dé el ataque de Rusia y países árabes contra Israel. La predicción del Papa San Pío X coincide, casi textualmente, con el Tercer Secreto de Fátima, mismo que la Iglesia no ha querido revelar en su totalidad, y anticipa un cisma y la persecución que aguarda al Papa legítimo y a la Iglesia fiel.
Publicado en 2008.